
Una fórmula popular de presupuesto… ¿pero es realista para nuestra comunidad?
En el mundo de las finanzas personales, la regla del 50-30-20 se ha convertido en una fórmula fácil y popular para organizar el dinero. La teoría dice así:
• 50% para necesidades básicas (renta, comida, servicios)
• 30% para deseos (salidas, gustos, entretenimiento)
• 20% para ahorro y deudas
A simple vista, suena lógico. Pero cuando lo llevamos a la vida real de muchas familias latinas en Estados Unidos, surgen preguntas incómodas:
🔸 ¿Y si solo la renta se lleva el 50% (o más)?
🔸 ¿Y si tengo que enviar dinero a mi país cada mes?
🔸 ¿Y si mis ingresos no son fijos porque trabajo por contrato o en comisiones?
Entonces… ¿funciona o no esta regla para nosotros? Aquí te lo explicamos.

1. Entendiendo la regla (y su intención)
La regla 50-30-20 es una guía, no una ley universal. Es útil para empezar a ordenar tus finanzas si nunca has hecho un presupuesto. Pero su origen está en realidades más estables, con ingresos medianos y pocos compromisos familiares externos.
Para muchas personas latinas, las prioridades son distintas:
• Apoyar económicamente a familiares en sus países
• Mantener dos o más trabajos
• No tener un fondo de emergencia ni acceso a crédito
• Emprender sin tener educación financiera previa
2. El problema: no todo entra en esos tres porcentajes
¿Cómo divides un sueldo si trabajas por horas o no sabes cuánto ganarás el próximo mes?
O si vives en una ciudad donde el alquiler representa el 60% de tus ingresos…
Ahí es donde esta fórmula puede generar frustración, porque da la impresión de que estás “fallando” cuando en realidad estás sobreviviendo.
3. La solución: adapta la fórmula a tu realidad
En lugar de tratar de encajar a la fuerza, puedes hacer una versión personalizada:
• 60% para necesidades, si vives en una zona costosa
• 20% para ahorro o pago de deudas, aunque empieces con solo el 5%
• 15% para deseos o gustos, y el resto para obligaciones especiales (como envíos de dinero a tu país, inversión en tu negocio, o seguros)
Lo importante no es el número exacto, sino el orden de prioridades.
4. ¿Cómo empezar sin fórmulas? Con conciencia
Antes de hacer cuentas, siéntate con una hoja en blanco y responde:
• ¿Qué porcentaje de tus ingresos se va en “sobrevivir”?
• ¿Cuánto gastas en cosas que podrías evitar?
• ¿Tienes claro cuánto ganas y cuánto gastas al mes?
Muchas veces no necesitas una fórmula mágica, sino una radiografía honesta de tu dinero.
CONCLUSIÓN:
La regla 50-30-20 puede ser una buena brújula… pero no es un GPS exacto para todos.
En vez de frustrarte por no cumplirla, úsala como inspiración para construir tu propio sistema, uno que respete tus valores, tu cultura, tus metas y tu contexto.
Porque no hay fórmula más poderosa que una mente consciente tomando decisiones financieras con propósito.