
Emprendió con valentía su camino en el mundo del calzado, guiada por el ejemplo de su madre, quien también trabajó durante años en esta industria. En los recorridos con su madre por talleres y fábricas nació su fascinación por el arte de hacer zapatos. Allí, entre cortes de cuero, moldes y manos expertas, fue aprendiendo, observando y soñando con su propia marca.

A los 20 años fundó su primera marca de zapatos Brasileya shoes, su sello ha sido siempre el diseño único y artesanal de cada pieza, hecha a mano por colombianos que ponen el alma en su oficio. Sin embargo, su compromiso con el trabajo digno y la esperanza de seguir generando empleo en su país la impulsaron a tomar una decisión valiente: mudarse a Estados Unidos con la visión de abrir nuevas puertas para sus marcas: Halma Shoes y La Pola, esta segunda junto a su socia Lina Polania.

Su misión va más allá del diseño: busca tejer redes de esperanza, dignidad y oportunidad para muchas familias en Colombia que encuentran en el calzado no solo un sustento, sino un arte que transforma vidas.

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