Por: María José Jiménez, Co-fundadora de Líder360 Magazine
Carlos Slim Helú es la personificación del empresario latino que transformó la economía de una región.
Nacido en Ciudad de México, hijo de inmigrantes libaneses, aprendió de su padre la importancia del ahorro, la educación y la reinversión. A los 12 años ya tenía acciones en el Banco Nacional de México, y a los 25 comenzó a construir su propio conglomerado empresarial.
Con una visión estratégica inigualable, Slim fundó Grupo Carso, un imperio con presencia en sectores como telecomunicaciones, banca, construcción, comercio y energía.
A través de América Móvil, revolucionó la forma en que Latinoamérica se comunica, convirtiéndose en uno de los hombres más influyentes y ricos del planeta.
Pero más allá de los números, lo que distingue a Slim es su mentalidad. Cree que la educación financiera y la productividad personal son la base del progreso.
Su estilo de vida sencillo, su enfoque en la eficiencia y su compromiso con la filantropía lo posicionan como un referente del liderazgo silencioso pero efectivo.
Slim representa el poder del trabajo constante, la disciplina y la visión a largo plazo.
Su legado inspira a toda una generación de empresarios latinoamericanos a creer que el éxito puede construirse desde cero, con valores sólidos y propósito claro.
“La educación es el activo más rentable. Nadie puede quitártela, y su valor crece con el tiempo.”